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Galería de la memoria en casa

Desde 1995, cada última semana de mayo, los familiares de las víctimas se reúnen en plazas públicas para conmemorar la Semana Internacional del Detenido Desaparecido, las denominadas galerías de la memoria: instalaciones públicas, itinerantes y colectivas. 

En 2020, debido a las limitaciones que impuso la pandemia del Covid.19, El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, invitó a algunos de sus miembros a realizar altares dentro de sus hogares, como parte de las actividades de conmemoración la Semana Internacional del Detenido Desaparecido. En estos altares, hicieron uso de las fotografías que suelen llevar al espacio público, pero cubriéndolas con elementos que forman parte de la vida cotidiana, de lo íntimo. Como resultado se hizo público un universo de emociones, de sensaciones y de sentimientos de pérdida.

Al menos 50 familiares de las víctimas enviaron fotos de los altares construidos, componiendo un panel con 165 imágenes, de diferentes partes del país. Se refieren a personas desaparecidas desde la década de 1970 hasta hace poco: hombres, mujeres, niños; líderes sociales, activistas políticos, campesinos, defensores de derechos humanos, sindicalistas, estudiantes, entre otros. Las imágenes muestran el sufrimiento causado por la ausencia, la incertidumbre y la espera. Quisiéramos en este escrito destacar cuatro aspectos: las fotografías utilizadas en la creación del altar; los objetos que los acompañan; los mensajes; y las personas que aparecen en las fotos. Estos elementos construyen una narrativa de duelo y extraen un sentido de la memoria.  

La fotografía, espejo de la desaparición forzada, pasó de lo privado a lo público. La foto utilizada en las protestas se elige por características que permiten identificar, sin lugar a dudas, a la persona: se privilegia el primer plano del rostro y en blanco y negro. Para la iniciativa Galería de la memoria en casa se exhibieron las fotografías utilizadas en las manifestaciones y otras en las que las personas desaparecidas se encuentran en compañía de familiares o amigos; fotografías en color con escenas cotidianas o eventos especiales. En este caso, es importante señalar la inserción de la persona en un grupo familiar, en una comunidad afectiva, su lugar en una historia de vida. La imagen del amado es apropiada y replanteada en artefactos creados por miembros de la familia: telas, pinturas, recortes, fotos retocadas, cerámicas: intentos de traer de vuelta al desaparecido con las manos.

Una de las características más llamativas de los altares es el uso de objetos, por su diversidad, originalidad y fuerza comunicativa. Los objetos presentan la memoria que se vuelve narrativa sentimental. La vida social de las personas puede persistir, más allá de la ausencia o la muerte, en objetos materiales que son metáforas y metonimias asociadas a la creación de la memoria. Los objetos generan respuestas emocionales, agencia, percepciones y relaciones sociales. Así, a los altares se agregan ropa, juguetes, zapatos, joyas, gorras, libros, cartas, útiles de trabajo, casetes, pertenencias que se guardan en espera de su devolución al dueño. Otros objetos muestran el camino de los familiares en la lucha por encontrar respuestas, documentos que forman parte de archivos que registran sus luchas por la verdad y la justicia. Recortes de periódicos, cartas escritas a las autoridades, carteles, pañuelos utilizados en las marchas. Algunos altares están compuestos por alimentos, quizás los favoritos del desaparecido o los que mejor representan su cultura.

Entre los objetos se encuentran el simbolismo y la religiosidad en el uso de imágenes de ángeles, santos, rosarios, velas, flores, plantas, lámparas. Elementos que están ahí para dar belleza al altar y para simbolizar ausencias y presencias. El uso de estos objetos revela sensaciones que en el espacio público se esconden en medio de actos que tienen un carácter más colectivo. Aquí, por el contrario, las singularidades de las familias se observan en los objetos, que pueden habitar exclusivamente espacios privados, lidiando con la ausencia. Este objeto material prepara el escenario para las estrategias de memoria de quienes enfrentan el trauma de la pérdida. 

Los mensajes escritos en el momento de la creación de los altares ofrecen una multiplicidad de significados. Reiteran información importante para resaltar la singularidad de la persona: nombre, profesión, fecha de desaparición. Y las consignas que reclaman justicia, verdad, retorno con vida. Afirman que la muerte solo llega con el olvido y que el recuerdo es un acto de resistencia ante el crimen de desaparición.

El hecho de que sean altares creados en espacios privados facilita la expresión de emociones íntimas de afecto y añoranza; prometen seguir buscando; letras ornamentadas que hablan del amor y la imposibilidad de encontrar palabras para describir el sentimiento experimentado. Palabras que se reiteran porque la belleza de los altares, el cuidado en su creación, los elementos que los constituyen muestran emociones profundas en relación con los ausentes, a la vida después de la desaparición, al sentido de años de lucha por encontrarlos.

Sin embargo, ¿quiénes son las personas que crean los altares? En la mayoría de los casos, los creadores de los altares aparecen en las fotos de la galería: madres, hermanas, hijas, esposas. A veces hijos, hermanos, sobrinos, nietos. En unos pocos, familias enteras, padres, madres, hermanos. En Colombia, la búsqueda de los desaparecidos la realizan principalmente las mujeres. Ocupan un lugar importante y tienen reconocimiento social: Madres de la Candelaria; Madres de Soacha; Mujeres caminando por el Verdad; Entre muchos otros.

Quizás por la violencia y el desamparo que produce la desaparición de un familiar, la acción de memoria realizada en la Galería de la memoria en casa es tan simbólica y llamativa. Se refiere al ritual de duelo inacabado, siempre pospuesto. Con esta acción, los familiares de las víctimas de desaparición en Colombia enseñan que este no es solo un problema de las familias, sino que afecta a toda la sociedad. La indiferencia ante este crimen de lesa humanidad evidencia una profunda fractura social que merece ser reflexionada y discutida. 

Las imágenes usadas en el diseño de esta página web fueron tomadas de la Galería de la memoria en casa. Agradecemos a sus creadores y al Movice por la autorización de su uso para este sitio web. Puede ser consultada en https://movimientodevictimas.org/galeria-memoria-en-casa-movice/

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