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Ese día de la masacre a mí me encontraron en un arroyo por ahí metido, porque me habían golpeado allá y ellos creían que me habían matado. Cuando yo desperté no encontré a nadie de mi familia, yo no entendía nada, no sabía por qué habían hecho eso tan horrible. Mi familia fue masacrada.

Los que están acá acompañándonos quiero que le manden un mensaje a “Jorge 40” donde diga dónde están mis nietas desaparecidas, yo quiero que él me diga dónde para hacerles su santa sepultura, por eso yo no he dejado de llorar, por eso yo lloro todos los días. Yo ya soy una persona bastante mayor, yo ya estoy cerca de la muerte y quiero sepultarlas antes de morir y todas las personas que llegaron de Maracaibo me han hecho muy feliz al volverlas a tener conmigo en este territorio.

Yo quiero que se haga justicia a través de la ley colombiana, que se investigue toda esa gente cómplice del señor “Jorge 40”. Porque nosotros perdimos todo lo que teníamos, pero yo estoy vivo y por eso no quiero más problemas, quiero volver a dormir tranquilo, sin miedo, yo desde la masacre veo la muerte encima todas las noches.

Fuente

Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. (2009). Memoria y diversidad étnica. En «Memorias en tiempo de guerra: repertorio de iniciativas» (pp.154). Puntoaparte Editores.

Tipo de testimonio: Mediado

Testimoniante: Abuelo

Sobre quién habla: Nieta

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